Como se evalúa el aprendizaje en la educación con recursos tecnológicos.
Las nuevas tecnologías aplicadas a la educación han traído como consecuencia la necesidad de utilizar estas mismas como herramientas de evaluación. Sin embargo, existe mucha desconfianza en el uso de estas tecnologías, ya que se dice que la única forma de evaluar el aprendizaje de los alumnos, es a través de conductas observables (Valenzuela, 2009). Existen múltiples maneras de evaluar el aprendizaje de un alumno a través de las herramientas tecnológicas actuales, algunas muy eficaces, y otras sin ningún sustento académico, lo cual implica que el docente esté muy atento a las mejores prácticas para evaluar el aprendizaje.
En este sentido, se han establecido algunas prácticas concretas que se consideran las mejores opciones para la evaluación del aprendizaje en la educación a distancia:
1. La práctica de aplicar exámenes en forma presencial. Recomendable en cursos diseñados para un trabajo autónomo, con nula interacción con profesores u otros compañeros. También se aplica cuando se tiene una ponderación del examen o puede servir como mecanismo de acreditación. La necesidad de realizar un examen presencial no significa que tenga que ser a lápiz en papel, sino que se puede utilizar un aula de cómputo para hacerlo a través de la computadora.
2. La práctica de aplicar exámenes en forma virtual. Se realizan por medio de una plataforma electrónica, donde se establece la fecha, hora y el tiempo máximo para realizarlo. Esta práctica posibilita que el profesor cree un repositorio, de tal manera que cada alumno realice un examen distinto, pero con el mismo grado de dificultad.
3. La práctica de asignar trabajos. Esta práctica no es exclusiva de la educación a distancia. El profesor puede pedir trabajos individuales o por equipo, el cual se deberá subir a la plataforma tecnológica utilizada. La creatividad del profesor se vuelve trascendental, ya que de ello dependerá el éxito o fracaso que el curso pueda tener.
4. La práctica de evaluar el desempeño en foros asincrónicos de comunicación. Se refiere a cuando el profesor evalúa a través de foros, ya sea que la interacción se dé entre alumno-profesor o alumno-alumno. Normalmente se utilizan dos índices para evaluar: El índice de frecuencias de participación y el índice de calidad de las participaciones. Los foros pueden ser por un determinado tiempo o permanecer abiertos, dependiendo del objetivo que se persiga. Como establece Gunawardena y otros (1997), que a mayor cantidad y calidad de interacción, mayor probabilidad de lograr un aprendizaje significativo.
4. La práctica de evaluar el desempeño en foros asincrónicos de comunicación. Se refiere a cuando el profesor evalúa a través de foros, ya sea que la interacción se dé entre alumno-profesor o alumno-alumno. Normalmente se utilizan dos índices para evaluar: El índice de frecuencias de participación y el índice de calidad de las participaciones. Los foros pueden ser por un determinado tiempo o permanecer abiertos, dependiendo del objetivo que se persiga. Como establece Gunawardena y otros (1997), que a mayor cantidad y calidad de interacción, mayor probabilidad de lograr un aprendizaje significativo.
5. La práctica de evaluar el desempeño a través de medios sincrónicos de comunicación. Mediante un Chat o llamadas por telefonía IP se puede lograr evaluar en tiempo real, ya sea mediante una serie de preguntas, o por video conferencia. El uso de esta práctica implica que tanto el alumno como el profesor tengan que establecer una agenda para la evaluación para coincidir en un mismo tiempo en una sesión.
6. La práctica de dejar que los alumnos se autoevalúen. La autoevaluación es cuando los alumnos evalúan tanto su esfuerzo durante el curso, como el grado en el que ellos creen que los objetivos de aprendizaje han sido logrados. Como señalan Topping y otros (2000), la autoevaluación puede contribuir o no a determinar la calificación final, además puede ser cualitativa (Escala de calificación numérica) o cuantitativa (Análisis de fortalezas y debilidades). La autoevaluación deberá ser más un proceso continuo mediante la activación de procesos metacognitivos y autorregulatorios. Se sabe que muchos de los alumnos buenos académicamente hablando, se deben mucho a los procesos de autoevaluación realizados (Schunk y Zimmerman, 1994). A final de cuentas, la autoevaluación se puede ver como un examen de conciencia que el mismo alumno realiza.
7. La práctica de dejar que los alumnos se coevalúaen. Esta práctica tiene como eje fundamental el que los alumnos evalúen la calidad del trabajo de sus compañeros, así como la contribución que hicieron al logro de los objetivos grupales. En ocasiones, esta práctica puede hacerse entre alumnos de diferentes equipos de trabajo, lo cual implica que un alumno reciba un trabajo de otro equipo y lo evalúe, y de forma inversa también se daría este proceso. Esta práctica siempre genera ganancias cognitivas y afectivas, ya que sienten que se les da una responsabilidad importante, lo cual se traduce en motivación intrínseca (Deci y Ryan, 1985). Este tipo de evaluación tiene dos riesgos principalmente: Que se dé la llamada piedad académica, donde se sobrecalifica a los compañeros o el canibalismo académico, donde por cuestiones personales se califica muy bajo a otro.
Las prácticas de autoevaluación se dan en tres niveles básicamente: de curso, institucional y social.
Figura 1. Niveles de la evaluación del aprendizaje.
Con el surgimiento de nuevos recursos tecnológicos, se ha venido dando una separación en la educación, de tal manera que tenemos la educación formal impartida por las instituciones educativas y la informal, en donde se ofertan cursos sin estructuración o diseño curricular a través del internet. Aún cuando típicamente se emplea el correo electrónico y las páginas Web para este tipo de cursos, son tecnologías de finales del siglo XX, y las de este siglo parecen no integrarse aún en la educación formal a distancia (Oblinger, 2005).
Actualmente existe un grave problema para que se puedan crear nuevas herramientas de evaluación, según Valenzuela (2009), en muchas ocasiones se vuelve un círculo vicioso, ya que los desarrolladores de software no generan herramientas más sofisticadas de evaluación porque los profesores no las piden, y los profesores no las piden porque no conocen la importancia de la metaevaluación y solamente utilizan lo que la plataforma tecnológica les ofrece.
En la actualidad se han establecido algunas pautas generales de evaluación que pueden funcionar de forma adecuada en los modelos de educación centrados en el alumno:
1. En términos generales, un proceso de evaluación tiene dos objetivos básicos, servir de medio facilitador para que el alumno logre los objetivos de aprendizaje y cumplir con el compromiso que tienen ante la sociedad de que los alumnos hayan alcanzado sus objetivos.
2. Determinar si el curso fue sujeto de un diseño curricular y a una normatividad existente en la institución educativa.
3. El curso deberá presentar congruencia entre lo que se espera del alumno y la forma en que será evaluado.
4. Definir claramente en qué términos se va a dar la evaluación, definiendo con anticipación la forma de evaluar el aprendizaje del alumno.
5. Promover una motivación intrínseca en cada alumno por aprender, lo cual posibilita que el aprendizaje sea significativo, de tal manera que el alumno no solamente cumpla con el mínimo aprobatorio, sino, que vaya más allá de lo que se le pide.
6. Tener mucho cuidado de que el curso ponga más énfasis en los procesos de aprendizaje que en las calificaciones, ya que puede traer como consecuencia que la motivación intrínseca disminuya.
En resumen, el uso de las tecnologías en los procesos de evaluación, son muy importantes, pues con ello se logra medir el aprendizaje del alumno, y no la astucia o capacidad de memorización que posee. En este sentido, cuantos más tipos de evaluaciones se incorporen en un curso, mayor será el beneficio que el alumno tendrá, y más claro será para el profesor el poder asignar una calificación merecida y acorde a cada alumno.
Decy, E. L., y Ryan, R. M. (1985). Intrinsic Motivation and self-determination in human behavior. New York: Plenum.
Gunawardena, C., Lowe, C. y Anderson, T. (1997). Analisys of a Global Online Debate and the Development of an Interaction Analisys Model for Examining Social Construction of Knowledge in Computer Conferencing. Journal of Educational Computing Research. 17: 395-429.
Oblinger, D. (2005). When Distances Become Irrelevant. Documento presentado en la APRU Distance Learning and the Internet 2005 Conference, octubre, Vladivostok.
Topping, K. J. Smith, E. F., Swanson, I. y Elliot, A. (2000). Formative peer Assessment of Academic Writing Betwwen Postgraduate Students. Assement and Evaluaction in Higer Education. 25 (2): 149-169.
Schunk, D. H., y Zimmerman, B. J. (1994). Self-regulation in Education: Retrospect and prospect. En D. H. Schunk y B. J. Zimmerman (Eds.). Self-regulation of Learning and Performance: Issues and Educational Applications. Hillsdale, NJ: Erlbaum. 305-314.
Valenzuela, J. R (2009). Evaluación del aprendizaje: Prácticas y usos de los recursos tecnológicos. En R. A. Lozano y A. J. V. Aguilar (eds.) Tecnología Educativa en un modelo de educación a distancia centrado en el alumno. México: Limusa. 378-415.
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